Estuvimos en Castro Laboreiro Melgaço en Portugal porque nos dijeron que había muchos megalitos, es decir, tumbas de la prehistoria muy similares a las que hay en Galicia y mi marido quería verlos. Yo no estaba muy contenta con el viaje porque lo mío no es andar por el campo. Una vez allí me alegré de haber ido. Castro Laboreiro Melgaço en Portugal es un pueblo muy lindo, con una arquitectura de otros tiempos muy bien cuidada.
Mucho más que los megalitos que encuentras en los campos que rodean esta villa portuguesa me interesó el castillo o castelo, como lo llaman allí. Desde el castelo tienes unas vistas preciosas de Castro Laboreiro Melgaço y de otros pueblos del municipio. Cuando fuimos nosotros había varios autobuses con turistas. No descarto ir otro día que andemos por la zona para disfrutar el castillo sin tanta compañía.
En Castro Laboreiro Melgaço en Portugal hay buenos restaurantes. Preparan unas carnes de cabrito deliciosas. Lo que no me gustó fue el pan. No es que no me gustara en sabor. Estaba rico, pero era brona, es decir, pan de centeno y pan de maíz. Se me hizo pesadísimo para el estómago y eso que sólo comí un trocito de nada.
Poco turismo de monumentos hicimos. Sólo nos acercamos a la Iglesia de María de la Visitación, un templo más reciente que otros que hay en el pueblo. Era domingo y mi suegra quería asistir a la misa. Es muy católica cuando le vienen las ganas de serlo. Después de la misa nos dimos una vuelta por el pueblo. Descubrimos algunas casas castreñas, casas de piedra con cubiertas como de paja. Me llamó la atención que viviera gente en ellas. Cada uno vive donde puede. No digo nada.
Os recomiendo visitar Castro Laboreiro Melgaço en Portugal por lo bien que se come en sus restaurantes y por lo tranquilo que es el pueblo. No es un pueblo tan visitado por el turismo masivo como otros del país vecino. Donde puedes encontrar más turistas es en el castillo. El resto del pueblo está tranquilo.