Hice con mi marido, mi suegra y las niñas la Ruta de las Tres Villas, una ruta que pasa por un pueblo de La Rioja que se llama Anguiano. Es un pueblo ganadero que se ha olvidado de las ovejas y ha empezado a apostar por el ganado vacuno. Se ven muchas vacas por allí. También se ven fincas con cultivos de alubia roja.
Los paisajes que cruza esta ruta son paisajes majestuosos. Lo mismo puedo decir de otras Rutas entre hayedos de la zona. Yo me cansé de andar. cuando llegamos a Tobías, un pueblo a los pies de unas rocas calizas, no podía con mis pies. Mi marido decía que mi dolor de pies se debía a que no llevaba el calzado correcto. Nada de eso: era por lo mucho que estaba andando. Estaba tan cansada que entré en la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, en el centro de Tobías, sólo para sentarme en uno de sus bancos. Había unas señoras rezando el rosario.
Seguimos andando y llegamos a Matute, un pueblo con grandes campos de patatas y remolachas. Mis hijas pudieron ver de donde salen las patatas que comen todos los días. En Matute hay numerosas casas blasonadas que a mis hijas les interesaron más que los campos de patatas. Han heredado mi gusto por las casas bonitas y caras.
Pese a lo mucho que te cansa, os recomiendo hacer la Ruta de las Tres Villas, una de las Rutas entre Hayedos que tiene menos recorrido, según mi santo. A mí me sobraron kilómetros. Está en la Sierra de la Demanda. Por allí hay unos 95 kilómetros de rutas que van de los diez a los 25 kilómetros.
Yo he hecho más rutas por la zona. Mi marido es un gran practicante de senderismo. Nos ha apuntado a toda la familia a este deporte gratuito. Es lo bueno que tiene hacer una ruta como la Ruta de las Tres Villas: todavía no cobran por andar.