Dice mi suegra que no hay mejor polvorón que el Polvorón tradicional La Estepeña. Por eso no puede faltar ninguna Navidad una caja de estos polvorones que puedes comprar durante todo el año. La caja sigue siendo igual que cuando yo era una niña. Mi madre también compró toda la vida estos polvorones. Lo hace más que por la marca o por la calidad de los polvorones porque le gusta la caja. Es un tanto vintage y a mi progenitora le gusta todo lo vintage.
A mí también me gusta la caja. Son cajas que reciclo. Las tengo hasta forrado con plástico transparente, de ese que utilizamos para el forrado de libros de texto, para reutilizarlas guardando agendas o fotos. Mi hermana también las recicla. ha hecho unos cuadros preciosos con la parte de la tapa de arriba. Es muy apañada.
Estos polvorones no son baratos, pero tampoco carísimos. Una caja de 650 gramos cuesta 4,65 euros. Te sale el kilo de polvorones a 7,15 euros. En el supermercado de mi barrio hay polvorones de otras marcas a vender a doce euros el kilo. Muchas veces te sale más caro un polvorón de marca desconocida que un polvorón de marca famosa.
Por eso os recomiendo la caja de Polvorón tradicional La Estepeña que encuentras a vender en todos los supermercados y grandes superficies. Es una caja de color amarillo cremoso que trae las imágenes de tres polvorones envueltos en envoltorios individuales tipo caramelo y una niña con un perrito cariñoso.
Los polvorones salen duritos. Nunca me ha salido una caja mala. Yo odio esos polvorones que compras y vienen rotos. En mi casa tampoco tienen tiempo a romperse o a ponerse blandos porque los comemos enseguida. Los polvorones son nuestra perdición. Es una pena que tengan tanto azúcar. Yo ya no miro los azucares que te indican en la caja para no asustarme. Engordan una barbaridad. Me consuelo pensando que me dejan el paladar feliz.