Salou es una localidad de Tarragona en la que he pasado muchos veranos cuando era pequeña. Tenía una tía que vivía allí mientras estuvo casada con su primer marido. Salou es famosa por sus playas y calas cautivadoras. Encuentras pequeñas calas perfectas para pasar una tarde en pareja mientras te doras con el sol de agosto. Pero es mejor ir en junio. En julio y en agosto te derrites con la calor.
Mis hijas siempre quieren ir a las Playas de Levante y Poniente. Les van las multitudes. Estas dos playas son las más famosas y concurridas de Salou. Yo prefiero las pequeñas calas rocosas donde puede que estés tú sola con tu familia con un poco de suerte. La última vez que estuvimos por allí mi chico alquiló un pequeño barquito para navegar. Lo hace mucha gente. Mi marido también aprovechó para practicar el golf. En Salou hay campos de golf fantásticos.
Os recomiendo visitar Salou. No debes perderte su magnífico paseo marítimo Jaime I, el verdadero epicentro de la ciudad. Nosotros siempre vamos por esa zona. El paseo se extiende a lo largo de un largo kilómetro salpicado de grandes palmeras y rodeado de zonas verdes ajardinadas, parques infantiles y multitud de fuentes que dan sensación de frescura cuando la calor aprieta.
A mi marido también le gusta mucho el puerto de Salou. Justo enfrente encontramos las impresionantes casas históricas de mediados del siglo XIX. Los ricos vivían de maravilla mientras los pobres vivían en casas muy humildes. Igual que ahora. Por el paseo marítimo hay que tener cuidado con las bicicletas. Mi cuñada el verano pasado tuvo un accidente con una señora que iba en bicicleta. No fue nada, pero se llevó un buen susto y un hematoma horrible en una pierna.
Salou es el pueblo de las fuentes, las palmeras, las playas y las calas rocosas. En verano se multiplica la población con los turistas. Sin turistas los habitantes quedan en menos de 30.000 habitantes.