Nos alojamos en la Casa de Díaz en Samos, Lugo, el año pasado, cuando a mi marido le dio por hacer un par de tramos del Camino de Santiago. Este pequeño hotel rural está a sólo 200 metros de la ruta jacobea. Como muchos pequeños hoteles rurales de Galicia, no ofrece otra cosa que no sea una cama más o menos cómoda y un buen desayuno que te hace recordar los desayunos sanos de la casa de nuestros abuelos.
Yo estaba que no podía más cuando llegue. El primer día ni miré lo que había o dejaba de haber. Estaba para el arrastre. Hacer el Camino de Santiago no es para débiles. Fue a la mañana siguiente cuando me fijé en los muebles procedentes de la antigua curtiduría familiar. Nuestra habitación estaba en el piso de arriba. Era una habitación amplia, forrada de piedra y con unas flores silvestres en las mesillas de noche que me habían hecho estornudar por la mañana. Le reñí a mi marido por no haberlas quitado. Sabe que odio las flores en la habitación. Después de tirar las flores en una papelera, me asomé a la ventana y descubrí unas preciosas vistas a los prados verdes de la Ribeira Sacra. Por las vistas ya vale la pena alojarse en la Casa de Díaz en Samos, Lugo.
También os la recomiendo por su precioso jardín, por una piscina bien limpia y un palomar que mantuvo entretenidas a mis hijas. ¿Y qué decir del estanque para patos? Entre las palomas y los patos mis niñas encontraron un motivo para convencernos de que había que estar más días. Teníamos reserva para dos días y acabamos pasando cinco días. A mí no me apetecía seguir andando por la ruta jacobea. Era más placentero estar en la Casa de Díaz en Samos, Lugo. Mi marido se dejó convencer. Enseñarles a las niñas las dos lareiras, el horno antiguo en el que se habían cocinado panes y el cruceiro de la entrada.
Os recomiendo la Casa de Díaz en Samos, Lugo, para pasar unos días en el campo gallego. Es una casa bastante tranquila pese a ser un alojamiento habitual de peregrinos. Se come bien. Nunca olvidaré el pan de peso, los choricillos, chicharrones y la bollería con zumo de naranja recién exprimido. Los desayunos te dejan sin hambre para el resto del día.