He llamado varias veces al Teléfono de emergencia poética para escuchar poesías cuando estoy sola. Te las leen voluntarios que se llevan un libro de poemas para su casa y recitan o más bien leen a su manera un poema. Las poesías pueden ser de autores conocidos o de esos poetas que les ofrecen a través de la página web sus poemas para que sean recitados a los escuchantes de poesía.
Este teléfono de emergencia poética me parece una buena iniciativa no sólo para promocionar un género todavía minoritario sino para dar compañía a personas que están solas. Estás en tu casa sin hablar con nadie, llamas al 659 86 10 32 y te sale una persona recitando un poema. Recítame más, te vienen ganas de decirle. Pero tampoco hay que abusar. El que recita es un voluntario que no gana ni un euro por recitar poemas.
Los recitadores los hay mejores y peores. Lo que siempre hay es una voz cálida que te pone un poco de humanidad al otro lado de la línea de teléfono. Como os decía, yo he llamado varias veces. Me gusta que me reciten poemas. También les he enviado a través del correo electrónico que tienen en su web algunos poemas míos por si quieren recitarlos. No sé si lo harán. Los poemas que me recitaron a mí sus voluntarios eran poemas más o menos famosos escritos por autores que aparecen en los libros de texto de literatura española. No arriesgan.
Os recomiendo el 659 86 10 32, es decir, el teléfono de emergencia poética. han salido en varios medios de comunicación hablando de su iniciativa. Así los conocí yo. No llevan mucho tiempo en el mercado. han puesto esta iniciativa en funcionamiento en Barcelona en el año 2018. Pero se van haciendo conocidos. Todos necesitamos unas palabras bonitas que nos ayuden a tirar adelante en esta vida que Jesucristo definió como un valle de lágrimas. la poesía puede hacer mucho por nosotros. Lo que no hace todavía es darnos dinero a los poetas. Todavía hay muchos poetas pobres. Yo soy una.