Los castillos cuesta mantenerlos, sobre todo si son tan grandes y tienen tanta piedra a cuidar como el Castillo de Peñafiel. Por eso está bien que las Autoridades intenten sacar dinerito para su mantenimiento. En el Castillo de Peñafiel instalaron el Museo Provincial del vino. Los visitantes podemos conocer todos los pormenores sobre la elaboración del vino recorriendo las distintas estancias del castillo, un edificio que data del lejano siglo IX. ¿Tan bonito y tan lejana su construcción? Pues sí. El castillo pasó sus guerras con los destrozos que supusieron en sus paredes, como nos contaron, pero, ahí lo tenemos, tras hacerle una construcción más decente en el siglo XV.
El museo no sólo te habla del vino. Tiene salas que parecen más un museo de Historia porque le dan rienda suelta en las exposiciones al pasado histórico, utilizando la cultura del vino de la provincia de Valladolid como hilo explicativo. Todo está relacionado. El vino es una excusa para hablarte de la Historia de la provincia de Valladolid. Me parece una buena idea. Si lo rotularan como Museo de la Historia de la Provincia, pocos turistas lo recorrerían con tantas ganas.
Mi marido salió algo defraudado. Esperaba encontrar un museo más del vino, con menos historia. Yo, en cambio, disfruté mucho mirando algunas barricas. Es increíble que el vino se conserve tan bien en la madera. Hasta te contaban cómo se hace un tonel de aquellos grandotes.
Desde el castillo hay unas vistas preciosas de los alrededores. Nosotros tuvimos la mala suerte de visitarlo un día que había bastante niebla. Pero, aún así, las vistas eran maravillosas. Parecía que tenías el mar a tus pies. La niebla hacía un efecto mar muy chulo. Por eso muchos de los visitantes sacaban fotos fuera del castillo. Mi chico fue uno de los fotógrafos del exterior. El interior no le gustó demasiado porque, como os dije, el museo tiene salas en las que pasa del vino y se centra en la Historia local.