Las hormigas también gritan de Nacho Rubio: un libro presentado en

Acerca de:Las hormigas también gritan [Ignacio Rubio Arese]
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
Las hormigas también gritan de Nacho Rubio es un libro de relatos de recién publicación, que se ha presentado en el Cabildo de Palma. Sólo por eso merece la pena que le eches una mano para ver lo que apoyan las Administraciones Públicas.

Yo le eché una mano a este libro pese a su portada. La portada es horrible. Tiene la imagen de una hormiga roja asquerosa sobre un fondo negro que no sé si grita, pero sé que casi hace gritar, aunque no te den miedo las hormigas. Las hormigas son minúsculos animalitos que merecen todos mis respetos. Pero son feas. Y fea es la portada de este libro de relatos escrito por un profesor de instituto instalado en la bonita isla de Palma.

Abres el libro y encuentras una sucesión de microrrelatos muy al estilo de los microrrelatos premiados por la Escuela de Escritores en el concurso Relatos en Cadena de la Cadena Ser. Se nota que Nacho Rubio fue uno de los escritores que se llevó a su cuenta corriente el premio de los seis mil euros, tan codiciado por los cientos de aprendices de la literatura de andar por casa que prueban suerte semanalmente en el concurso. Nacho escribe lo que premian. Esos microrrelatos que no entiendes por qué son tan loados en la Escuela de Escritores. Debe ser porque así enseñan a escribir en sus cursos.

Se nota también que es el primer libro del autor. Está aprendiendo a soltarse. En el segundo libro que saque a las librerías seguro que elige mejor portada. Pero no creo que escriba mucho mejor. Para escribir mejor hay que escribir sin el paraguas de la corrección literaria encorsetada en una escuela de escritores.

Los relatos se leen bien si los lees poco a poco. Yo me coloqué el libro sobre la mesilla de noche y fui leyendo antes de dormir. Las hormigas también gritan de Nacho Rubio fue la causa de alguna de mis pesadillas nocturnas. Hay más miedo que humor en los pequeños relatos de este hombre que acabará viviendo de la literatura con un poco de suerte. Ha empezado bien para hacerlo: se pagó un Master de escritura en la Escuela de Escritores durante dos años. Yo no tengo dinero para tanto derroche. Tiempo tampoco. Soy una mujer curranta, ama de casa y condenada a escribir por una calderilla. Pero no envidió la suerte de estos hombres y mujeres salidos del horno de la Escuela de Escritores. Prefiero ser una escritora canalla. A eso no se aprende en ninguna escuela de escritores. Ni siquiera en la del Concurso de Relatos en Cadena que suelta seis mil euros anuales.
Fecha:08:24:08 05/02/20
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Categorías:Ocio y cultura