Mi hija pequeña estrena smartphone. Es el Smartphone libre Redmi 7A, un móvil inteligente barato que va contentando a mi niña. No descarto que dentro de unos meses me pida un móvil mejor. Es una niña que navega mucho por Internet y las 2 GB de memoria RAM dan para lo que dan. Casi me arrepiento de no haberle comprado un smartphone con 3 GB de memoria RAM.
Este smartphone libre Redmi 7A me costó 89,90 euros. Estaba de oferta. Sin descuento era de 119 euros. No son nada baratos estos trastos. Deberían sacar una línea de móviles inteligentes a precios baratos para los más pequeños de la casa, sobre todo ahora cuando el acceso a la Red de Redes es fundamental para las clases online que se imponen por culpa de los rebrotes de coronavirus.
De almacenamiento tampoco anda sobrado este móvil. Tiene 32 GB. Espero que mi hija no lo llene pronto con todo lo que está guardando en su móvil nuevo. Ya le he dicho que no meta muchas películas ni muchos vídeos porque a su cacharro le cabe lo que le cabe.
La batería de este móvil también es mejorable con sus 4.000 mAh. El sistema operativo es Android. Tiene 12 mpx y cuenta con una dual SIM.
El sonido es bueno, tanto para las llamadas como para escuchar grabaciones y vídeos. La cámara frontal de 5 mpx no defrauda a mi hija. Lo hará cuando vea que sus amigas sacan mejores fotos con sus móviles con cámaras de 8 mpx. Lo sé por experiencia. Me pasó con la mayor. Por eso casi me arrepiento de no haber abierto un poco más la cartera y comprarle mejor móvil.
Mi marido, en cambio, dice que para una niña un móvil de 89,90 euros está muy bien. Cree que nuestra hija va a estar con este móvil por lo menos dos años. Es muy optimista.
Pese a todo os recomiendo este móvil. Tiene una relación calidad precio buena. Un motivo para comprarlo es el reconocimiento facial. Esta característica tan de moda alargará su vida útil para nuestra hija. La niña todavía no entiende mucho de móviles y, al ver que el móvil reconoce su carita, está entusiasmada.
De la pantalla no tengo queja. Se ve bien. Tampoco tengo queja de su peso. La niña dice que no le pesa nada en el bolsillo de la cazadora. Yo prefería que lo llevara en la mochila, pero los niños son como son. Si lo quiere llevar en la cazadora, lo llevará en la cazadora.