Mi suegra nos sirvió unos pepinillos en su casa como aperitivo que casi nos matan. Eran los Pepinillos agridulces gusto alemán Rioverde que encuentras a vender en muchos supermercados y grandes superficies. Los comercializan en tarros de cristal transparente. Mi suegra con un tarro tuvo suficientes pepinillos para todos. Es tan cutre que cortó los pepinillos en mitades. Decía que así eran más comibles.
A mí se me hicieron un mundo en el estómago. Comí unos tres porque mi marido también comía y no quería una discusión. A mi santo le gusta que coma la especialidades de su madre, aunque esas especialidades salgan de un bote de supermercado.
El bote trae 380 gramos. Mi suegra me regaló uno para traer para casa. Todavía lo tengo cerrado. Lo gurdo para abrírselo a ella cuando venga de visita. Suelo devolver la moneda que me dan. En este caso lo que me regalaron no tiene mucho valor: el bote cuesta 1,79 euros. Es un bote de 380 gramos. Si echas cuentas, ves que el kilo de pepinillos agridulces al gusto alemán cuesta 5,97 euros. No creo que nadie compre el kilo, es decir, unos tres tarros. Con un tarro tienes de sobra. Los pepinillos están tan agrios que no les encuetras la dulzura.
No os los recomiendo ni os los dejo de recomendar. Me parecen un buen aperitivo para servir cuando tienes una visita que no te agrada mucho. La madre de mi esposo nos los sirvió con unos palillos clavaditos para pillar. Chupabas el palillo y lo encontrabas tan salado como el pepinillo. Hasta se ponía el palillo verde.
Lo mejor es el envase. Es un tarro de cristal que cierra con tapa metálica. Te vale para hacer conservas al baño María si tienes paciencia, ganas y tiempo. Yo estos tarros de cristal los reciclo para guardar habas, garbanzos y también arroz. Una es muy apañada.