No hace falta irse muy lejos para poder disfrutar de una casa rural en Madrid. Al norte de la capital del Reino, es decir, en El Molar, está la Casa rural Teresa, una casita decorada con sencillez que tiene todo el encanto de una construcción antigua.
Mi marido eligió esta casa rural para pasar unos días en la capital de España. Queríamos salir del ruido de Madrid sin alejarnos de la ciudad. En la Casa rural Teresa encontramos lo que buscamos: una casa tranquila a pocos minutos de la plaza de Castilla.
Es una casa rural completamente reformada, con cocina americana (nevera, horno, microondas, y todo lo que necesitas para preparar comidas). No esperes lujos. El mobiliario de la casa es muy sencillo. Parece casi de saldo de exceso de stocks. La mesa de la cocina, por ejemplo, me recordó alguna mesa de camping. La misma sencillez se repite en el mobiliario de los dormitorios. Mi marido decía que la cama podía romper con nuestro peso. No ocurrió tal cosa. En todo caso, rompería con su peso, no con el mío. Servidora pesa poquito.
Aproveché la proximidad a la ciudad para ir de compras. También dedicamos unas cuantas horas a conocer la localidad de El Molar, un pequeño pueblo de la Comunidad de Madrid, que merece una visita. No debes perderte la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, ejemplo de arquitectura religiosa madrileña de los siglos XV y XVI en el medio rural.
Os recomiendo la Casa rural Teresa de El Molar, en Madrid. Es una casa perfecta para una familia. Sólo tiene dos dormitorios. No necesitábamos más: uno para nosotros y otro para las niñas. Nos sentimos como en nuestro dulce hogar. Mi santo pudo dar rienda suelta al chef que lleva dentro en la pequeña cocina de la casita. Nuestra estancia en Madrid nos salió mucho más barata que en un hotel. Seguro que repetimos la estancia en esta o en otra cabaña similar.