Buscábamos pueblos con playa en Valencia. Unos amigos nos recomendaron Villajoyosa. Tenían unos tíos en este bonito pueblo valenciano y sabían de lo que hablaban. Son turistas en Villajoyosa todos los veranos.
Fue un acierto elegir este pueblo costero, que ha dejado de lado la pesca de toda la vida para centrarse en el turismo. Villajoyosa tiene tres kilómetros de amplias playas que forman parte de la costa local. Las recorrimos todas. Mi hija mayor decía que estábamos haciendo turismo de playas. La playa La Caleta es un sin fin de colores en piedrecitas que no son molestas si estás calzado, pero que te hacen los pies polvo si vas descalza. Yo me puse las chanclas al dar un par de pasos.
En nuestra segunda playa volví a necesitar mis chancas. La Playa L´Esparrelló es una playita escondida de piedra blanca y agua azul turquesa bastante limpia. Encontramos privacidad y un lindo ambiente. Pasamos una tarde nadando, tomando el sol y comiendo la merienda que había preparado mi suegra con todo su cariño.
Antes de acabar nuestras vacaciones recorrimos otras playas que debes visitar: Playa Villajoyosa, Playa de los Estudiantes y la playa del Torres. Conseguimos un bronceado natural maravilloso. Hasta mi suegra acabó morenita. La madre de mi marido tiene la piel muy blanca.
Villajoyosa multiplica su población en verano. En temporada baja anda sobre los 35.200 habitantes. Os recomiendo visitar este pueblo. Me quedo con la Playa Paraíso, una playa con calas preciosas. En Villajoyosa ves muchas torres. Son una herencia de su pasado de piratas asaltando la costa. Las torres se situaban en masías fortificadas. En el centro de la población hay más piedras protectoras: murallas, torres. Tenían todo preparado para disparar a los atacantes.
La Torre de Hércules, de origen romano, me hizo recordar otra Torre de Hércules, la de La Coruña. Hércules inspiró a nuestros antepasados en distintas partes de España. No tuvimos tiempo para pararnos en los museos. Hubiera sido interesante. Tienen museos con restos iberos y romanos. Será en otra ocasión. Esta vez estuvimos centrados en una ruta de playas. Mis hijas no nos perdonaron una visita al Museo del Chocolate.
A las afueras de Villajoyosa, hay un embalse. Mi marido quería pescar. Decía que había carpas. Pero no llevaba útiles de pesca. Nos quedaron muchas cosas pendientes para una siguiente visita a Villajoyosa, una localidad con un importante puerto pesquero y una lonja interesante.
Os recomiendo visitar Villajoyosa. Es un pueblo que se ha hecho grande con el ladrillo que todo lo ocupa. Afortunadamente, no ha perdido su encanto de pueblo mediterráneo con antiguos orígenes romanos.