Andalucía tiene pueblos muy bonitos. Uno de estos pueblos de postal es Vejer de la Frontera, en Cádiz, a escasos metros de la playa de El Palmar. Todavía conserva todo su encanto gracias a que el ladrillo invasivo lo está respetando bastante. Cuenta con apenas 13.000 habitantes y sus calles encierran una combinación de las numerosas culturas que pasaron por ella, desde fenicios hasta romanos o musulmanes.
Nosotros fuimos a Vejer de la Frontera con nuestras hijas. Queríamos ver un pueblo del que nos habían hablado mil maravillas amigos nuestros. Quedaron cortos. Vejer es un pueblo muy completo. Pudimos hacer turismo de playa y turismo cultural.
También tuvimos tiempo para visitar los alrededores. Mi marido tenía ganas de conducir. Aprovechamos que había chófer gratis. Vejer está situado en la comarca de la Janda, antigua laguna desecada para usos agrícolas. Eran tiempos pasados cuando quitaron el agua de la laguna. Hoy creo que le pondrían más agua. Los turistas lo que quieren es agua para nadar y relajarse. Los campos están bien, pero pronto te cansas de mirar las cosechas. Más te cansarías si fueras tú la jornalera, por supuesto. Este municipio presenta dos zonas diferenciadas: la costa y el interior. Yo me quedo con la costa.
No falta un río. Casi todos los pueblos están a las orillas de un río. Vejer está atravesado por el río Barbate, que forma una zona de marismas, declarada Parque Natural y que son un reducto de lo que fue una de las zonas húmedas más importantes de Europa. Vimos el humedal bastante bien cuidado. Hay que felicitar a los vejeranos.
Muchas fueron las culturas que pasaron por allí. El pueblo fue parte de la frontera cristiana en la época nazarí. De ahí su nombre. Tiene una ubicación muy propia de su época: está situado en una colina, desde la que se domina una magnífica panorámica, y se edificó alrededor del Castillo. Nos encantó el castillo. Lo miras desde fuera y te sientes una princesa.
El conjunto urbano resulta de gran belleza y atractivo con sus calles estrechas y sinuosas. Crees perderte por momentos. Son calles de casas blancas y cuidadas. Sus habitantes saben que viven del turismo. Por eso nos ofrecen a los turistas lo mejor. Nosotros pasamos muchas horas en las playas, pero tuvimos tiempo para ir a ver las Murallas, la Iglesia del Divino Salvador y el Arco de la Judería.
Os recomiendo Vejer de la Frontera en Cádiz. En otras épocas lo recorrieron fenicios, cartagineses y romanos. Se defendieron de los iberos como pudieron. De aquel pasado esplendoroso nos queda un pueblo con una arquitectura con muchos vestigios árabes.