Tuzla es una ciudad de Bosnia-Herzegovina situada al este del país. Me sorprendió un poco su tamaño. Me la imaginaba más pequeña, pero lo cierto es que esta urbe tiene unos 120.000 habitantes. Dista mucho de ser el pueblo que me imaginaba yo que sería. No sé por qué tenía una idea preconcebida de que las ciudades de Bosnia eran todas pequeñas.
Paseando por sus calles la percibes distinta a otras ciudades del país. Es multiétnica y tolerante. Se ven muchos bosniacos, es decir, bosnios de religión musulmana; pero también están presentes el resto de etnias de este país de los Balcanes.
Yo fui a Tuzla en un proyecto de voluntariado de una ONG. Pero no todo fue voluntariado, también tuvimos tiempo para hacer algo de turismo por esta bonita ciudad que tiene el único lago salado que hay en Europa.
Me gustó mucho el parque del centro de Tuzla. Es donde está el lago. Hubiera hecho más turismo de naturaleza si no tuviera organizado con mis amigas un turismo más cultural. Fuimos al Festival anual del libro Meša Selimović. Casi me muero con el calor que hacía. Lo organizan siempre en el mes de julio cuando las temperaturas son más altas.
El festival tiene una filosofía totalmente multiétnica. Premia la mejor novela escrita en las lenguas de Bosnia y Herzegovina, Croacia, y Serbia y Montenegro.
Siguiendo en nuestro ocio cultural, no nos perdimos el teatro. Yo no entendía nada, pero el run run de la obra me enganchaba. Tula tiene una gran tradición teatral. La primera compañía de teatro profesional de Tuzla,Narodno Pozorište u Tuzli, fue fundado por los hermanos Mihajlo y Živko Crnogorčević en 1944. En teatro nada tiene que envidiar esta bonita ciudad de la antigua Yugoslavia a nuestras ciudades europeas. A los actores se les notaba una gran profesionalidad.
Recorrimos los alrededores en coche: la próxima ciudad de Gornja Tuzla (Alto Tuzla), las aldeas de Husino, Par Selo, Simin Han, Obodnica, Kamenjaši, Plano , Šići, Slavinovići,... La gente es muy hospitalaria. Coincidimos con personas que habían estado refugiadas en España durante la guerra y pudimos conversar en español. Nos hicieron sentir como en casa.
Es una pena que esta ciudad apenas conserve nada de su arquitectura antigua. La guerra destruyó gran parte del pasado de una ciudad que tienen unos mil años en su haber. Son muy pocas las construcciones anteriores al siglo XX.
Os recomiendo visitar Tuzla. Es una ciudad bastante bien comunicada. Su aeropuerto internacional está en Dubrave. En la ciudad te mueves bien en autobús público.