Prestigio de Rachel Cusk es una novela en la que la autora habla de si misma. La protagonista, igual que Rachel, es escritora. Va a recoger un premio y se encuentra con una serie de personajes, también escritores e intelectuales cuyas vidas no son nada felices. Como los tontos esta mujer se nos consuela.
La novela es muy triste. Faye, la escritora divorciada madre de dos hijos, sólo tiene la suerte de ir a buscar un premio a un festival literario. Durante el viaje va conociendo a sus compañeros literarios. No es gente nada alegre. Tienen unas vidas más para llorar que para reír. La soledad, la incomunicación entre personas, el desencuentro en la pareja, los hijos son temas que se van sucediendo en las conversaciones. Me llamó la atención la historia de un ex alto ejecutivo jubilado prematuramente. Este hombre había vivido aislado de su familia por motivos laborales. Todo el tiempo lo dedicaba al trabajo. No tiene afectos que merezcan la pena no siendo un perro. Por eso se muere de pena cuando entierra al perro. Entra en depresión.
Linda tiene una vida más interesante que el ex alto ejecutivo. Es una escritora que ha tenido un retiro literario financiado por una condesa que se rodea de intelectuales. No sé de qué se queja. Pero esta mujer se siente prostituida. Yo me hubiera sentido en mi salsa. Ya me gustaría a mí tener una condesa interesada en mi obra literaria hasta el punto de pagarme una temporada sabática en un castillo. Yo le hablaría de literatura, de la mía sobre todo, y la vieja condesa soltaría los billetes. Estaría dispuesta a quedarme a vivir con ella. ¿Quién le diría no a un trabajo en el que te sueltan los euros por no hacer nada? Darle conversación a la vieja no sería un trabajo sino un entretenimiento.
No falta en la lista de personajes que va conociendo Faye un novelista de éxito. Es Ryan, un novelista cínico que no sabes si sufre o si vive. Faye intenta encontrarle alguna tristeza en su vida porque eso de imaginar a un hombre que vende novelas como churros y es feliz fastidia mucho. Faye necesita que el tal Ryan sea un infeliz en su vida interior oculta por una vida exterior cínica.
El personaje que más me enterneció es el periodista. Se llama Luis y tiene un madre que lo alabó tanto que el pobre hombre acabó acomplejado. Piensa que detrás de cada hombre hay una madre piropeando a un hijo.
¿Os dije que la escritora Faye era divorciada? Pues no es la única divorciada que aparece en la novela. Esta mujer encuentra en su viaje a Paola y Felicia, una editora y una traductora que hablan sin dramatismo de sus divorcios. Divorciarse no es para tanto. Casi habría que celebrarlo. Te quitas de tu lado a una persona que te está jodiendo la vida.
Os recomiendo la novela. No esperes conocer mucho de Faye. Esta mujer no habla de sí sino de los que la rodean. Anda mirando si la felicidad ajena existe o es mejor que la poca felicidad que pueda tener ella. No tiene nada que envidiar. A su alrededor sólo hay derrotas.