La cerveza joven del verano es la Cerveza Shandy de Cruzcampo. Es una cerveza Cruzcampo con un añadido de limón que le da un sabor refrescante y apagasedes, un sabor perfecto para ponerle un poco de chispa a una tarde de playa. Lamentablemente poco la podremos disfrutar en las playas del Estado de Alarma. Yo no me imagino en un trocito de playa acordonado de Sansenxo con una lata de Cerveza Shandy Cruzcampo en la mano. Me vienen ganas de tirarle la lata al Gobierno con sólo pensarlo.
El envase de esta cerveza no parece un envase de cerveza. Es una lata de 33 cl en color verde y con el nombre Shandy más grande que el nombre de la marca. Los de Cruzcampo deben querer engañarnos a los compradores de supermercado. La lata parece más de un refresco sin alcohol que de una cerveza que te mete la misma dosis de alcohol entre pecho y espalda que el que te metería una cerveza sin limón.
El que le hayan añadido limón es una buena idea. Marida bien el limón con la cerveza. Le da un toque de fanta de cumpleaños de niños que te hace regresar a tu juventud adolescente, cuando empezabas a beber bebidas de mayores, pero hubieras preferido seguir bebiendo fanta.
De precio está bien, sobre todo si la compras en un supermercado. Cuesta la lata 57 céntimos. Yo compré unas cuantas esta semana aprovechando una oferta de 3 x 2. Me salió cada lata en 38 céntimos. A ese precio no hay cerveza en ningún bar.
Os la recomiendo. Yo bebo la Cerveza Shandy Cruzcampo directamente de la lata. Es como me resulta más refrescante. Tanto me da que salga de la nevera como que esté fuera de la nevera. Casi la prefiero del tiempo. Me sienta mejor sin los fríos de la nevera. Probé a beberla en cristal y como que no me va. La cerveza de lata es para beberla en la lata tal cual.